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Proyecto FIC rescata valor patrimonial del vino chileno

La iniciativa apunta a la innovación en la comercialización de productos vitivinícolas de la Región de O’Higgins cuya producción se realiza en base a técnicas tradicionales que vienen desde tiempos de la Colonia de nuestra historia, tales como el chacolí de Doñihue, la chicha de La Estrella y la chicha de Nancagua.

Publicado el jueves 05 de marzo de 2020

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En el contexto del proyecto del Fondo de Innovación para la Competitividad “Transferencia de Modelo Comercial a Viñateros Campesinos”, ejecutado por nuestra Facultad, se realizó con éxito el seminario “Herramientas para la revalorización comercial de productos vitivinícolas patrimoniales” en el Campus Colchagua de la Universidad de O’Higgins.

Durante la jornada, se dieron cita importantes profesionales del área, tales como el profesor Marcos Mora, del Departamento de Gestión e Innovación Rural de nuestra Facultad, que expuso sobre la “Comercialización vitivinícola”; Gonzalo Rojas, director de la Agencia Consultora Vinífera, quien analizó las “Posibilidades del enoturismo”; y la abogada Carolina Belmar, con el tema “Sellos de Oringen”.

“Este seminario lo centramos en comercialización vitícola, viendo información y herramientas sobre cómo acercase mejor al consumidor y destacar el valor patrimonial que tienen estos productos, por ejemplo a través de complementar la experiencia de consumo con el enoturismo o identificando con un sello de origen, como son las marcas colectivas, identificaciones geográficas o denominaciones”, afirmó la profesora Sofía Boza, académica del Departamento de Gestión e Innovación Rural de nuestra Facultad, quien organizó el encuentro junto al equipo técnico del proyecto.

La Región de O’Higgins cuenta con un rico patrimonio agroalimentario, muy tradicional de nuestra cultura, tanto en los productos como en la fabricación de estos. En la actualidad, la agricultura familiar campesina intenta mantener esas tradiciones, pero lamentablemente no se cuenta con los recursos necesarios para generar ganancias comerciales que sustenten un desempeño productivo en el tiempo, por lo que las nuevas generaciones ven disminuida su motivación para mantener el negocio familiar lo que pone en riesgo la continuidad de esta forma de producción.

“Productores de Doñihue, La Estrella y Nancagua, que están dentro de nuestro proyecto, mantienen modos de producción de la vid y de procesamiento que vienen desde tiempos de la Colonia y son los últimos exponentes de esas tradiciones. Además, distintos estudios demuestran que los consumidores aprecian asociarle a este tipo de productos una historia, un oficio, y eso es algo que queremos que los productores aprovechen”, señaló la profesora Boza, destacando la entusiasta participación de estos beneficiarios en el seminario.

En su exposición, el profesor Mora destacó que para poder plantear una estrategia comercial que agregue valor es imprescindible que el consumidor perciba los atributos del producto como algo que le genera mayor satisfacción. Dichos atributos pertenecen, en el caso del vino, a tres esferas: la intrínseca, que tiene que ver con las características organolépticas; la extrínseca pero propia del producto como por ejemplo botella y etiqueta; y la experiencia que significa el consumo.

Siguiendo la misma línea, Gonzalo Rojas destacó en su exposición que, cada vez más, el enoturista busca conocer la cultura que envuelve la producción del vino; ello por ejemplo sostener conversaciones con los propios vinicultores o participando de actividades como la vendimia en los predios, pero para eso se debe generar una oferta que tenga unos estándares de calidad adecuados.

Como herramienta para poder preservar y destacar esa cultura, existen distintas certificaciones. En este sentido, la ex subdirectora del Instituto Nacional de Propiedad Industrial, INAPI, expuso a los asistentes sobre el programa “Sellos Origen”, que tiene cuatro modalidades para reconocer los productos: indicación geográfica, denominación de origen, marca de certificación y marca colectiva. Actualmente en Chile hay 31 productos dentro del mismo, varios de ellos bebidas, como la Chicha de Curacaví y la Sidra de Punucapa.

Durante el encuentro se realizó una mesa redonda moderada por la profesora Boza, quien además coordina este proyecto, donde los asistentes consultaron a los expertos sobre la necesidad de asociarse para mejorar la comercialización de los productos, los principales retos para generar una estrategia de enoturismo inclusiva y cómo poder destacar los atributos de los productos patrimoniales.

Este seminario gratuito y abierto a los beneficiarios y la comunidad es el segundo de los cinco encuentros que se realizarán durante el proyecto “Transferencia de Modelo Comercial a Viñateros Campesinos”, el cual comenzó en marzo de 2019 y se extenderá por tres años, durante los cuales se ha puesto en marcha una estrategia integral para destacar las características patrimoniales, tradicionales e identitarias de estos productos, con énfasis en los saberes ancestrales asociados a los mismos y su carácter campesino y artesanal.

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