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Alumnas de Recursos Naturales participan en proyecto internacional sobre desastres

Alumnas de Recursos Naturales participan en proyecto internacional

La investigadora colombiana Cristina Rosales, estuvo en nuestra Facultad, para capacitar a las estudiantes Viviana Inostroza, Carolina Clerc y Macarena Mella, quienes se encuentran actualizando la base de datos sobre desastres, que forma parte del Proyecto Desinventar.

Cristina Rosales, es miembro del Observatorio Sismológico del Suroccidente de Colombia (OSSO), grupo de investigación registrado en el sistema nacional de tecnología de Colombia, que junto con 8 grupos de investigación de América Latina, ha desarrollado, a partir de 1992, una metodología para recopilar información sobre pérdidas económicas, daños y efectos provocados por los desastres.

"El sistema que desarrollamos se llama "Desinventar", (desinventario de desastres o también para desinventar esas percepciones que se tenían sobre los grandes desastres) y tiene una metodología donde se definen todo los tipos de eventos, se dan sus definiciones y efectos", indicó la investigadora en su visita a Antumapu.

Desinventar registra la información acerca de terremotos, deslizamientos, inundaciones, tsunamis, e incendios forestales. Son cerca de 35 tipos de eventos a los que se les da seguimiento. Esta base de datos nació en 1992 y vino a cambiar el paradigma que señalaba que cuando se habla de desastres, se menciona sólo a los grandes desastres naturales, a los que organismos como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Cruz Roja Internacional, enfocaban sus recursos.

"Vinimos a cambiar ese paradigma señalando que hay un conjunto de pequeños desastres, a veces invisibles, que ocurren en nuestros países todos los días y de manera recurrente, que también tienen pérdidas. Por ejemplo, hicimos un seguimiento a deslizamientos que han causado la pérdida de 2 viviendas y han matado a 2 personas. Nos interesa hacer el seguimiento de esos pequeños desastres", señaló Rosales.

Los 8 miembros de la red tenían una hipótesis: el acumulado de daños y pérdidas económicas de los desastres pequeños es mayor o al menos equiparable, a los causados por los grandes desastres.

Para corroborar dicha información y sustentar la idea, se necesitaba una base, un archivo para poder demostrar esta hipótesis. Finalmente, con recursos que se consiguieron del Departamento de Fomento para la ayuda Internacional de Inglaterra, se pudo financiar la construcción de dichas bases de datos.

"Dentro de las definiciones que se entregan en la base se señala qué exactamente es un muerto, por que a veces hay dudas ya que si no aparece el cadáver, entonces no se puede considerar a la persona muerta sino desaparecida. Define también damnificados, afectados, es decir, todos los campos de interés de los efectos de los desastres. Por otro lado, una de las cosas importantes para poder aportar a esa visión de que los desastres ocurren de manera cotidiana en nuestros países, es que se desagregan las pérdidas, ese es el pilar de la metodología, así las pérdidas generadas por un gran terremoto en Colombia, no son vistas como un todo, es decir: 1000 muertos y 8000 viviendas destruidas, sino que la información se desagrega según el territorio. Si se observa que fueron afectadas 32 municipalidades, se hace el inventario para cada municipalidad. Esto nos permite a nosotros tener una base de datos con una visión nacional, y a cada alcalde acceder a la información de lo que ha pasado en su municipio", aclaró la investigadora.

Perspectiva nacional
El tema de los desastres asociados al clima es una línea de investigación que se inició en el Departamento de Cs Ambientales y Recursos Naturales Renovables en 2001. En ese entonces, y gracias al financiamiento del Instituto Interamericano para investigación sobre cambio global (IAI), se construyó una base de datos que abarca el periodo 1970-2000. Hoy las alumnas Viviana Inostroza, Carolina Clerc y Macarena Mella, están completando el periodo 2001-2009.

"Lo que están haciendo estas alumnas es revisar el diario El Mercurio, cada una tiene asignados 3 años, y están recopilando de allí información acerca de las pérdidas, los daños y los efectos de los desastres ocurridos los últimos 8 años" indicó Rosales.

En la capacitación que Cristina Rosales realizó, les entregó a las alumnas información acerca de la metodología, referida a todos los términos que ésta utiliza.

"Para nosotros es especialmente importante promover que sea la academia la que ejecute nuestros proyectos. Lo anterior porque la academia permite tener una visión un poco más educativa y porque estas bases de datos requieren mucha rigurosidad. Pese a que estas alumnas podrán hacer solas este trabajo, yo estoy aquí para capacitarlas de manera que la base de datos sea alimentada en una forma rigurosa, que es lo más importante", señaló.


Para el profesor Alejandro León, académico del Departamento de Cs Ambientales y Recursos Naturales Renovables, que dio inicio al proyecto en Chile, el 2001, la participación de nuestra Facultad en la base de datos de Desinventar, es muy relevante, porque es la única fuente de información disponible en Chile que permite tener una aproximación a la frecuencia de desastres según tipo de eventos causantes, tipo de impactos (sobre las personas, la infraestructura, los bienes naturales, etc.), y por comuna.

"El propósito de esta recopilación es contribuir con una herramienta que permita visualizar los tipos de eventos más recurrentes a nivel comunal, de manera que tanto los gobiernos locales como el central puedan avanzar más decididamente hacia la prevención y no seguir respondiendo solamente a la emergencia, como tradicionalmente se ha hecho. La prevención es imprescindible para lograr reducir los costos en vidas humanas y bienes. Esto es especialmente crítico dadas las condiciones pronosticadas que se asocian al cambio climático: mayor frecuencia e intensidad de eventos extremos como lluvias (y las consiguientes inundaciones) y sequías, que tienen no sólo consecuencias graves para la población urbana y rural, sino para el aparato productivo nacional", indicó el académico.

Desastres extremos, grandes y pequeños
Gracias a la información recopilada, los investigadores han detectado 3 tipos de desastres según el tamaño y el impacto. Los que salen fuera de todo parámetro, como por ejemplo el tsunami ocurrido en el Océano Indico el 2004, suceso que tuvo más de 200 mil muertos, por lo que jamás existirá un conjunto de pequeños desastres que se le equiparen. Aparte de estos primeros, están los grandes desastres y los pequeños, estos pequeños desastres sí equiparan en pérdidas a esos grandes.

"Hablábamos con Alejandro (León) y tratábamos de mirar cuales desastres grandes hubieron en Chile después del Terremoto de mayo de 1970, y no encontramos ninguno. Entonces tomamos la base de datos de Chile e hicimos para Naciones Unidas un estudio, comparándola con la base de datos de un organismo internacional que tiene la base de datos EMDAT (Emergency Data). Lo que encontramos al comparar ambas bases de datos, fue que ellos dejan de registrar el 80% de los desastres que ocurren en el país. Esto porque tienen el umbral mínimo para incluir los datos de 10 o más muertos, 10 o más afectados o llamamiento de ayuda internacional", puntualizó la investigadora.

La información y las bases de datos del Proyecto Desinventar, son de libre acceso, y se puede acceder a ellas a través de la página Web www.desinventar.org.

El profesor León, puntualizó que a lo largo de estos años el Departamento ha participado en otros proyectos internacionales financiados, por ejemplo, por CEPAL y CYTED, el mecanismo de cooperación español.

"En este último caso se relacionó el uso de tecnologías espaciales para la prevención de desastres en la agricultura. Participaron grupos de investigación de Cuba, Argentina, Perú, Ecuador, España y Chile. Por otra parte, ya contamos con una serie importante de memorias de estudiantes de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables, que han analizado aspectos metodológicos que permiten medir la vulnerabilidad a los desastres, y la respuesta de vecinos y organizaciones a algunos eventos específicos que se desarrollaron en Valparaíso y la cuenca del Bio Bío", señaló el académico.

 

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